Puedes aprender mucho viajando al lado opuesto del Océano Pacífico. Cuando me mudé de Chile a Australia, me sentí abrumada por las iniciativas de sustentabilidad que ves día a día en Melbourne. Finalmente, había encontrado un lugar donde podía abrazar libremente mi amor por la naturaleza, el medio ambiente y la conservación.

En poco tiempo, me instalé a vivir en Australia y me convertí en una defensora de la conservación y la vida de bajo impacto. Desde cultivar mi propia comida hasta cuidar una granja de lombrices, hay mucho que aprender cuando empiezas a vivir una vida más simple y consciente. Y así, me decidí a difundir este conocimiento a través de Chile y Australia.

Me embarqué en un viaje para conectar los dos países que amo.

Y estaba decidida a hacer esto de una manera que alentara a todos los ámbitos de la vida a retribuir al medio ambiente y a las comunidades locales. Quería cambiar la mentalidad de viajar para solo "marcar casillas" y en vez centrar más la atención en el aprendizaje de nuevas habilidades.

Porque la experiencia Give Back Chile no termina cuando regresas a casa, las habilidades medioambientales que aprendes permanecerán contigo y luego serán transferidas a tu comunidad local. Y, desde ahí, nuevamente seguirán transfiriéndose a otras comunidades. Es un efecto dominó hacia una forma de vida más simple, más lenta y más sustentable.